Carlos Luna: Mírame Siempre
By Enrique Garcia Gutierrez ©
Quien se pare frente a El Gran Mambo (2006, óleo sobre tela, 144″ X 192″) de Carlos Luna tiene que leer un mandato muy claro que podría indicar lo que el espectador debe de hacer: Mírame Siempre. Ese mandato se encuentra escrito en el centro de seis unidades contiguas, de imágenes en extremo diversas, que conforman una pintura en escala de gran mural. El Gran Mambo es una summa pictórica de su obra hasta el momento; plástica y conceptualmente integra lo biográfico con su pensamiento artístico y plasma su particular propuesta estética en un monumental ideograma. Los personajes y caracteres gráficos que aparecen en ella se encuentran presentes en toda su obra. Esta pintura-
¿Pero por qué “gran mambo” y no, por ejemplo, “gran salsa”? Para quienes leamos los títulos de muchas de sus pinturas y las leyendas inscritas en ellas, no es secreto que Carlos Luna es más que un aficionado de la música popular cubana y antillana. Es un conocedor, estudioso y practicante con el bongo de la música de orígenes africanos desde que tenía unos nueve años. Se escapaba de noche de su casa en el pueblo tabacalero de San Luís, estado de Pinar del Río, donde nació en el 1969, para unirse como músico en el conjunto que amenizaba la fiesta de un ruidoso y escabroso lugar de citas.
El mambo que el genial Dámaso Pérez Prado lanzó al mundo en 1951, después de una década de experimentación musical, en su inolvidable Qué rico el mambo, tiene unos orígenes de mayor historia, y abolengo musical y folklórico, que la salsa. Mambo — nombre proveniente de la cultura bantú de África y que identifica los instrumentos musicales utilizados en rituales religiosos — significa la conversación con los dioses. Por lo tanto, en su carácter referencial de música e historia tiene lugar de profunda identidad con la propuesta afrocubana de Carlos Luna.
Formalmente, en términos de su composición, El Gran Mambo tiene dos registros horizontales, uno superior y uno inferior, que corresponden respectivamente al Mírame y al Siempre de su inscripción principal. Una distribución simétrica de escenas y motivos se define en torno a un eje vertical que engendra el personaje protagónico de todo el drama de Luna, el Hombre-
Luna, quien ha confesado que El Guajiro, el campesino, es uno de dos personajes principales en su obra (“es el verdadero héroe de la vida nacional cubana”), reconoce que hay otro personaje de igual importancia: “El Hombre-
Tan sólo un ícono, un signo, que se repite infinitamente en toda su producción pictórica, disfruta del lugar absolutamente central en la obra de Luna; este motivo es una impronta sagrada esencial en su obra. Parece una media luna con ojos y nariz, y podemos reconocerle como Elegguá, dios de la religión yoruba. Wifredo Lam, el artista que mayor fama internacional alcanzó entre los artistas cubanos de la primera generación del siglo pasado, manifestó que no se inclinaba a usar una “simbología precisa”, sin embargo este signo de Elegguá aparece con frecuencia en sus cuadros.
Elegguá es divinidad que media entre los hombres y la naturaleza, y en El Gran Mambo preside con el Hombre-
Para comentar El Gran Mambo en forma responsable se necesitaría más espacio del que tiene este artículo asignado en su totalidad. Baste con advertir que Cynthia MacMullin, curadora de la muestra, no sólo le ha usado para darle nombre a la misma, sino que le ha colocado en el centro de la exhibición. El sitial concedido le reconoce su importancia como sinopsis de la obra de Luna hasta el presente y destaca sus incomparables méritos intrínsecos como capo di labore en su producción artística. El mandato de Mírame siempre, probablemente originado en una de tantas baladas amorosas que Luna emplea en su seducción de la hembra, protagonizadas por las conquistas del Hombre-
Luna apenas había llegado a la mayoría de edad cuando salió rumbo a México, y en Puebla de los Ángeles encontró el lugar para detenerse por once años de su periplo personal, espiritual y artístico. Llevaba consigo una excelente educación en las disciplinas plásticas (La Escuela de Artes Plásticas, La Academia de San Alejandro y el Instituto Superior de Arte), pero no había dejado atrás al hombre del Árbol grande, guajiro yo (2001), que en colaboración con las coplas de su amigo escritor Mardonio Sintas (pseudónimo literario del poeta mexicano Francisco Hernández), cobra vida y significado de su partida al exilio y luego de su rumbo hacia Miami en 2001. Los dos decidieron los temas y trabajaron independientemente. El a-
Es tarde ya me voy es uno de los versos de una canción popular y advierte que el jinete representado va al encuentro de la amada, escondida tras la manigua en la que se adentra el caballo, a la extrema izquierda del lienzo. Elegguá está como testigo de la acción, debajo de las patas traseras del caballo. Esa manigua visual — cornucopia de signos fálicos, tijeras, cuchillos, mamas infladas, ojos y un sinnúmero adicional de motivos gráficos recurrentes en la imaginería de Luna — tiene función mágica y ceremonial. Expresa tanto el caos existencial que de primera impresión nos acecha, como el orden y la disciplina gráfica que rige su urdimbre pictórica. Este recurso de acumulación calculada de motivos y signos muy variables, metáfora de múltiples significados, es también expresivo del horror vacui tan asociado con el barroquismo latinoamericano.
Sin embargo, conviene distanciarse de etiquetas que poco explican y que pecan por no mirar siempre a la obra individual y su intención única.
Llenar la superficie del lienzo en un enjambre expresivo, narrativo, descriptivo o simbólico es rasgo sobresaliente de la pintura cubana a partir de la obra de sus primeros iniciadores, como Amelia Peláez, Mario Carreño, René Portocarrero y Wifredo Lam. La Jungla (1943) fue el inicio de una pintura afrocubana que plasmaba en una cacofonía visual la estruendosa música de un ritmo y un son inconfundiblemente afrocubanos — la naturaleza y lo sobrenatural se unen en un ritual autóctono.
Misa Negra (2005), Bruca manigua [3] (2004) y War-
En Misa Negra, el gallo que se presenta sobre la mesa-
La muerte, presente en tantas ocasiones en la pintura de Luna, se presenta como esqueleto, esqueleto que fue creado e inmortalizado por el gran maestro mexicano José Guadalupe Posada (1852-
En Misa Negra el gallo está parado sobre un rojo mantel alusivo a sangre y Elegguá sirve de base a todo, flotando sobre un mar de olas azul y blanco. Esta ave es un ícono nacional que se remonta a los gallos pintados por Mariano Rodríguez (1912-
Sin embargo, es importante recordar que el gallo tiene una historia milenaria como símbolo de la sexualidad del hombre; como signo incluye una amplia significación que va desde la metáfora de la seducción hasta su virilidad y su espíritu combativo. Los gallos de Carlos Luna tienen roles muy variados y aluden a significados que oscilan entre la referencia a la identidad nacional, en una interpretación sumamente icónica como en Misa Negra, pero también es el gallo que se remonta a su juventud cuando fue gallero, y participaba en las peleas de gallo de su pueblo. Bum Bata a Trancazo Limpio 2006, es pintura de gran sentido lúdico y de jocosa ironía en la que el guajiro y su gallo se enfrentan a un hombre-
El Hombre-
No podía faltar en esta visión del recuerdo y del presente de Carlos Luna el olor y el sabor del café. Café caliente Juliana (nombre de su abuela) y Café Con Con son dos visitas-
Mirar siempre, ese es el mandato del artista, como los centenares de ojos que aparecen en sus pinturas –
Decir que la obra de Carlos Luna es una gran comedia en la que lo lúdico, la ironía, el sarcasmo y la caricatura plástica (el aspecto pop de su pintura) todos seducen a primera vista, captando la mirada del espectador, es reconocer un solo lado de la moneda. Su gran mambo, su gran teatro, no podrían existir sin la tragedia y el dolor del exilio político que es la sangre que da vida a su magistral mise-
Por último — aunque reconociendo que es de capital importancia en su arte, en su pensamiento iconográfico e imaginativo — la sexualidad es algo que está siempre presente en toda su rica gama de fuerza generativa, de caracterización étnica, de tradición afro-
El Gran Mambo es una descarga de profundos sentimientos y pensamientos de Carlos Luna, una descarga que también era parte esencial del ritual musical del mambo bantú originario. La comunicación con las divinidades primigenias, la búsqueda de identidad individual y colectiva era la finalidad de esta ceremonia. Luna también aspira a comunicarse con los dioses.
San Juan de Puerto Rico
3 Septiembre, 2007
[1] Asociado, es decir, con las teofanías de santería, en donde las divinidades de la religión, las orishas u orixas, están vinculadas con los animales, plantas, piedras, etc., del mundo natural.
[2] La ceiba es un árbol sagrado a los dioses de la santería y residencia terrenal de algunos orishas; por tanto, simboliza la presencia poderosa en este mundo de las divinidades-
[3] “Bruca manigua” es el título de un son escrito en los años treinta por Arsenio Rodríguez y que se hizo popular de nuevo en una versión de Ibrahim Ferrer, del Buena Vista Social Club. Las letras del coro de la canción rezan así: Yenyere bruca maniguá.. . Abre cuita buirindingo /Bruca maniguá aé: En las montañas está la clave. . . Enséñame los caminos de la libertad / las montañas ayé. “Bruca maniguá”, entonces, es el monte, el lugar donde el negrero no pudo/ puede penetrar.